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Datos Personales

Paradigmas de la Investigación.

LUISA ANGÉLICA MENDOZA BARRIOS

 Licenciada en Educación Mención Desarrollo Cultural
Magíster en Educación Mención Gerencia Educativa
Coordinadora de Cultura en la U.E.N.” Carlos García Barrera”
Doctorante en Ciencias de La Educación
Universidad Bicentenaria de Aragua
Epistemología de la Ciencia - UBA - CORTE XXVII

Y MODELOS DIGCIÓ-----------________y
      El propósito formativo del tema Paradigmas y Modelos de Investigación existentes es la práctica de la producción de nuevos conocimientos; pero además sirve de escenario para recrear la clásica discusión entre objetividad y subjetividad de las investigaciones y del conocimiento que surge de estas. Por ello se convierte en una excelente herramienta para el conocimiento de los puntos de vista desencontrados en lo que ha de ser la manera como se encara una investigación. Identificando a partir de los referentes epistemológicos los diferentes paradigmas y enfoques puestos en escena en los procesos de indagación para establecer las diferencias entre los paradigmas de la investigación: Positivistas, interpretativo, socio crítico.     

PARADIGMA
    La palabra paradigma es empleado para indicar un patrón, modelo ejemplo. indica aquellos aspectos relevantes de una situación que pueden ser tomados como un ejemplo, inclusive la etimología de la palabra nos indica que esta puede ser sinónimo de ejemplo. Un paradigma no es más que un conjunto de acciones que seguir o ejecutar para concluir con un bien común o de fortaleza social.  Derivada de la filosofía griega, fue Platón quien le dio la forma de “Ejemplo a seguir”.
      Dicho concepto fue utilizado en teoría de la ciencia por primera vez por Ch. Lichtenberg (1742-1799). Y fue solo a finales de los 60, el filósofo Thomas Kuhn dio a la palabra el significado que tiene en la actualidad al emplearla para referirse al conjunto de prácticas que definen una disciplina científica durante un período específico de tiempo. La ciencia aplica los paradigmas desde otro punto de vista más práctico, orientados al descubrimiento de nuevos caminos de investigación, la constante persecución de datos que colaboren con la resolución de sus problemas, suponen un paradigma científico, el cual con métodos de investigación y deducción serán comprendidos y resueltos. Ejemplos de paradigmas científicos serían el análisis aristotélico del movimiento de los cuerpos, la revolución copernicana, la mecánica de Newton, la teoría química de Lavoisier, la teoría einsteniana de la relatividad, y muchos otros, cuya delimitación en la historia de la ciencia sería el objetivo principal, a fin de evitar estudios históricos basados exclusivamente en la acumulación de datos, hechos y descubrimientos. 
    En las ciencias sociales, paradigma se describe como el conjunto de experiencias, creencias y valores que determinan la forma en la cual el individuo ve e interpreta la realidad, su realidad; y la forma en que responden a esa percepción. Siendo un patrón o modelo de conducta heredada o aprendida.
     Según Kuhn (1971) “Los paradigmas son realizaciones científicas universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica”. 
    Según Ritzer, (1975) es “una imagen fundamental del objeto de estudio dentro de una disciplina. Sirve para definir lo que debe estudiarse, qué cuestiones deben preguntarse, cómo deben preguntarse y qué reglas deben seguirse al interpretar las respuestas obtenidas. El paradigma es la unidad más amplia de consenso dentro de una ciencia y sirve para diferenciar una comunidad científica (o subcomunidad) de otra. Define e interrelaciona los casos ejemplares, teorías, métodos e instrumentos que existen dentro de ella”.
     En el presente material se parte de reconocer el criterio expresado por diversos autores sobre la existencia de tres enfoques o paradigmas fundamentales en el desarrollo de la investigación educativa, los cuales han tenido influencia significativa sobre la investigación educativa, ellos son:

1.  El paradigma empírico-analítico, positivista, cuantitativo o racionalista.
2.  El paradigma simbólico, interpretativo, cualitativo, hermenéutico o cultural.
3.  El enfoque crítico, participativo, militante u orientado a la acción.

     Como se puede apreciar, cada uno de estos paradigmas ha recibido diferentes denominaciones, principio en el cual influyen sensiblemente las diferentes posiciones adoptadas por los especialistas que han profundizado en su estudio.

1.  EL PARADIGMA EMPÍRICO-ANALÍTICO, POSITIVISTA, CUANTITATIVO O   RACIONALISTA.
     Este es el paradigma que ha estado predominando en las investigaciones educativas por un largo período de tiempo, parte de la extensión a las  ciencias sociales de las concepciones propias de las ciencias naturales, parte de la consideración de que no hay distinción entre  los  fenómenos de la naturaleza y los sociales, considerando  la  realidad educativa como única y estable, sin apreciar la complejidad  de su objeto de estudio que es lo que la diferencia esencialmente de las ciencias naturales. Entre los presupuestos que caracterizan este paradigma se destaca que los hechos y fenómenos que componen la realidad educativa tienen carácter objetivo, independiente de la conciencia de los individuos, son observables y mensurables.
     Las investigaciones basadas en este prototipo se orientan a la comprobación de hipótesis, considerando la vía hipotético-deductiva como la más efectiva para todas las investigaciones. El trabajo científico, tiene como finalidad esencial el establecimiento de leyes generales que se rigen los fenómenos, dichas leyes pueden ser descubiertas y descritas objetivamente y permiten explicar, predecir y controlar el fenómeno objeto de estudio. En el caso de las investigaciones educativas trata de explicar y predecir las conductas de los sujetos implicados en los fenómenos educativos.
    De igual manera las concepciones del paradigma positivista los diseños de investigación se caracterizan por ser formales y estáticos a partir del manejo del conjunto de variables que pretende estudiar. Se utilizan predominantemente técnicas cuantitativas con la intención de alcanzar la mayor precisión y exactitud; el rigor y el control en el estudio de los fenómenos están en el centro de las concepciones y se considera al experimento como el método modelo del conocimiento científico. Concibiéndose el rigor científico como dependiente de un conjunto de criterios que permiten determinar la credibilidad de las investigaciones mediante la consistencia, la neutralidad, la aplicabilidad y el valor de verdad. El paradigma positivista diferencia claramente tres momentos trascendentes: la producción del conocimiento, su instrumentación y su aplicación en la práctica.
     Entre las principales limitaciones del paradigma positivista se señala que es reduccionista, pues al hacer equivalentes los fenómenos naturales y los sociales, pierde de vista la riqueza y complejidad de estos últimos, se desconoce la activa participación del hombre en estos procesos y se confía a la objetividad científica.

2.- EL PARADIGMA SIMBÓLICO-INTERPRETATIVO, CUALITATIVO, HERMENÉUTICO O CULTURAL.
      El paradigma interpretativo pretende hacer una negación de las nociones científicas de explicación, predicción y control del paradigma positivista, por las nociones de comprensión, significado y acción. Reconocer la diferencia existente entre los fenómenos sociales y naturales, reconociendo la mayor complejidad y el carácter inconcluso de los primeros, que están siempre condicionados por la participación del hombre. Donde engloba un conjunto de corrientes humanístico-interpretativas cuyo interés fundamental va dirigido al significado de las acciones humanas y de la vida social Sus propósitos esenciales están dirigidos a la comprensión de la conducta humana a través del descubrimiento de los significados sociales. Su objeto de estudio fundamental son las interacciones del mundo social, enfatizando en el análisis de la dimensión subjetiva de la realidad social, a la cual comprende como un conjunto de realidades múltiples. Este paradigma considera la realidad educativa como subjetiva, persigue la comprensión de las acciones de los agentes del proceso educativo, la práctica educativa puede ser transformada si se modifica la manera de comprenderla. 
     A diferencia de la tendencia positivista a estudiar los fenómenos según lo observable y a la aplicación de técnicas de procesamiento cuantitativo de la información, dirige su atención a aquellos aspectos no observables ni susceptibles de cuantificación (creencias, intenciones, motivaciones, interpretaciones, significados). Interesa lo particular y lo contextual, los relatos vividos. Pretende desarrollar un conocimiento ideográfico y comprende la realidad como dinámica y diversa. Asume como metodología fundamental la vía inductiva-deductiva para el desarrollo de la investigación y reconoce a las teorías científicas como no universales, sino que dependen del contexto social e histórico en que ocurren los fenómenos.
     Según este paradigma, la validez del conocimiento viene dada como producto del consenso y se expresa a través del conocimiento tácito, las intenciones y sentimientos. Siendo el criterio para determinar la validez de las investigaciones la relevancia. En las investigaciones desarrolladas según este paradigma son diseños emergentes, que se elaboran en el propio proceso de desarrollo de la investigación; los diseños de investigación no tienen el carácter formal y estático que les asigna el paradigma positivista. Desde el punto de vista metodológico, este paradigma recurre a la observación, entrevistas y otros métodos, sin esquemas rígidos, sin intentar convertir sus resultados en cuadros resúmenes que no reflejen la complejidad de la realidad estudiada.
Entre las limitaciones que se le señalan se destaca el peligro de conducir al conservadurismo, si no se tiene en cuenta la necesidad de transformar la realidad como razón de ser de la ciencia; para lo cual es imprescindible tomar en consideración la interrelación dialéctica entre lo particular y lo general.

3- EL ENFOQUE CRÍTICO, PARTICIPATIVO, MILITANTE U ORIENTADO A LA ACCIÓN.
    Este paradigma introduce la ideología en forma explícita, sus principios ideológicos apuntan a la transformación de las relaciones sociales. Hace énfasis en la relación de la ciencia con la sociedad, concibe la educación como un proceso histórico e ideológico y subraya no sólo la comprensión práctica del hecho educativo; es un intento de transformar la práctica educativa para lograr racionalidad y justicia social, se cuestiona la supuesta neutralidad de la ciencia y de la investigación, la que tiene un carácter emancipativo y transformador.
     La función fundamental de la ciencia es la de transformar la sociedad. En este paradigma la validez se relaciona con la capacidad para dirigir la transformación educativa de acuerdo con las necesidades más necesarias en el momento de desarrollarse la investigación, siendo realizadas según este enfoque tienen como objetivo analizar las transformaciones sociales y ofrecer respuesta a los problemas derivados, con acciones concretas que involucran a la comunidad en estudio. Su finalidad última es la de transformar radicalmente la realidad, mejorando el nivel de las personas inmersas en esa realidad
 Este paradigma tiene similitudes con el enfoque interpretativo, en las dimensiones conceptual y metodológica, ya que su enfoque es predominantemente ideográfico dirigiéndose a la solución de problemas particulares, no aspira a establecer generalizaciones, efectúa un análisis cualitativo de los datos. La realidad educativa es entendida como relación dialéctica entre sujeto y objeto, marcada ideológicamente y determinada por opciones de valor, poder e intereses. Tiene una dimensión política y transformadora. Los problemas sociales urgentes deben ser investigados para revelar las causas que los originan, lo cual supone, a la vez, acción para la transformación.   Murcia (1992) plantea que, para las investigaciones enmarcadas en este paradigma, la teoría y el proceso del conocimiento son esencialmente una interacción y transformación recíproca del pensamiento y la realidad, del sujeto y el objeto, del investigador y el medio.
El investigador debe explicitar su teoría a la comunidad y responde ante ésta por la marcha y los resultados del proceso de investigación. La posición del investigador es, a la vez, objetiva y subjetiva: se dirige a sí mismo, a los investigados y a las estructuras sociales como sujetos y objetos dentro de un proceso de reflexión crítica y auto reflexiva.  Es parte de la realidad y se construye desde ella para transformarla, antes de promover cambios en la realidad educativa se analizan sus posibles consecuencias y la comunidad educativa participa en la planificación de las nuevas acciones. Esta es la concepción que sustentan los partidarios de la investigación-  acción.
Desde el punto de vista metodológico, en esta investigación predominan las estrategias de corte cualitativo como el análisis de diarios, entrevistas, la observación participante, notas de campo y otros. Se realiza en las situaciones naturales del proceso educativo, evitando las artificiales. Lo planteado anteriormente no niega la posibilidad de que se utilicen en determinados momentos técnicas y métodos de recolección de la información que son propios del paradigma cuantitativo, por supuesto, sin perder de vista la finalidad de la investigación y contando en todo momento con la activa participación de la colectividad, predominando las técnicas cualitativas.
Este paradigma pone el énfasis fundamental en los resultados y no en la validación de un determinado método o procedimiento y las investigaciones se caracterizan por la cooperación entre todos los factores implicados en la realidad educativa. En la tabla que se presenta a continuación se puede apreciar un resumen de las características de cada uno de los tres paradigmas que se han analizado, lo que permite una comparación de sus elementos principales.


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FUENTES DOCUMENTALES

BALANDIER, Georges. (1990). El desorden. La teoría del caos y las ciencias sociales. Barcelona: Gedisa.
BODEN, Margaret A. (1994). La mente creativa. Barcelona: Gedisa.
BONILLA, Elsy y RODRÍGUEZ, Penélope. (1995). Más allá del dilema de los métodos. La investigación en ciencias sociales. Bogotá. Universidad de los Andes.
BRIONES, Guillermo. (1998). La investigación social y educativa. Bogotá. Tercer Mundo.
BRUNER, Jerome. (1988). Realidad mental y mundos posibles. Barcelona: Gedisa.
BUNGE, Mario. (1992). La ciencia, su método y filosofía. Buenos Aires: Siglo Veinte.
DESCARTES, R. (1989). Discurso del método. Alborada Ediciones.
HABERMAS, J. (1982). Conocimiento e interés. Madrid: Taurus.
KUHN, T.S. (1979). La función del dogma en la investigación científica. En: Revista Teorema. Valencia.
MÉNDEZ A., Carlos E. (2001). Diseño y desarrollo del proceso de investigación. Bogotá: McGraw-Hill.
MORIN, Edgar. (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. París: UNESCO.
POPPER, Karl R. (1985). La lógica de la investigación científica. Madrid: Tecnos.
RESTREPO GÓMEZ, Bernardo. (2000). Conceptos y aplicaciones de la investigación formativa, y criterios para evaluar la investigación científica en sentido estricto. Bogotá. Corcas




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